Acabo de ver en televisión el documental “Las Huellas de Dylan” que presenta una especie de ensalada de testimonios de seguidores de Bob Dylan con la hilazón de los conciertos en una gira por España junto con declaraciones de personajes famosos desde sus casas y despachos.
Ya tenía constancia que, desde hacía décadas, el genio de Minnesota renegaba de sus fans y ahora comprendo perfectamente el origen de su odio. También debe ser frustrante para un ser genial como Dylan, el hecho de pasarse 50 putos años cantando y componiendo para que todo su trabajo se vea desvirtuado y pisoteado por una serie de gilipollas que no comprenden y no saben escuchar a su ídolo.
En este caso de los seguidores españoles, se ha salvado acaso J. Ordovás quien sólo ha hablado de la figura de Dylan como rocker. No ha aparecido A. Calamaro de quien también esperaría una acertada interpretación del personaje y su obra. Imagino que se negaría a aparecer si hubiese sido invitado al olerse el tufo del documental.
El resto ha sido un continuo desfile de gilipollas diciendo gilipolleces. Algunos de ellos declaradamente hijoputas porque sobrepasaban la ignorancia de los gilipollas para entrar en el terreno de los que intentan hacer daño con mala fe. Concretamente hacer daño al Rock'n'Roll tergiversando la historia y al personaje de Bob Dylan para llevarlo al terreno de su demagogia política barata.
Yo siempre he seguido al Dylan que conocí al despertar mi uso de razón. Mis vecinos mayores se compraban las cassettes de “Desire” cuando yo era niño y escuchaba “Hurricane” una y otra vez hasta que se acababan las pilas del radiocassette.
Ya de adulto no me canso de escuchar “Blonde On Blonde” o “Highway 61 revisited” aparte de todos los hijos legítimos o bastardos que el Bob Dylan ha dado, comenzando por The Byrds.
Lo que nunca dejará de sorprenderme es el daño que tantos gilipollas juntos pueden hacer a una figura clave en la historia del Rock.
Espero que católico converso Robert Zimmerman no llegue a ver el puto documental para no llevarse una decepción más que no merece.
Saludos a Bob Dylan.
Sky Saxon, In Memoriam
Hace 15 años