domingo, 18 de enero de 2009

Los documentales de la dos

Andaba dando vueltas con el coche alrededor de mi casa buscando dónde aparcar. Hoy domingo por la tarde sólo salen de casa para dejar un sitio libre quienes son tan inconscientes como para comprar en los hipermercados en fiesta de guardar y los jóvenes de coche negro que pasean con la música a todo volumen circulando por la calle ininterrumpidamente desde el viernes por la tarde.


A todo esto que paro en un semáforo de la avenida, junto a la plaza de toros y contemplo cómo cruzan por el paso de cebra dos camellos. Los miro mientras ellos pasan de mí y asombrado sólo pienso en llamar a la policía para avisar del tráfico en cuestión, pero me pienso que la policía pasaría de mí como en otras ocasiones. Tras los camellos aparece un elefante. De verdad, grande, elegante, parsimonioso haciendo suyo el paso de las cebras y yo extasiado no dejo de comparar la imagen con un National Geographic suburbial.

A la siguiente vuelta a la rotonda veo salir un Peugeot blanco de un sitio al lado de mi casa y aparco contento antes de que se haga de noche.

Al parecer el circo sigue instalado en la plaza de toros.

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